La Tarta de Frutas tiene sus raíces en la tradición europea, donde las frutas frescas han sido un ingrediente esencial en postres durante siglos. Hoy, esta tarta no solo refleja la riqueza de la tradición culinaria, sino también el placer de disfrutar de sabores naturales y frescos. Está lista para ser saboreada y compartida con los que más quieres
Esta Tarta de Frutas es fresca, ligera y absolutamente deliciosa, el postre que lo tiene todo
Ingredientes:
Para la base (masa sablé o masa quebrada dulce):
250 g de harina de trigo (2 tazas aprox.)
125 g de mantequilla fría (en cubos)
75 g de azúcar glas (⅔ taza)
1 huevo
1 pizca de sal
Ralladura de ½ limón (opcional)
Para la crema pastelera:
500 ml de leche entera
100 g de azúcar (½ taza)
4 yemas de huevo
40 g de maicena (4 cucharadas)
1 cucharadita de esencia de vainilla
30 g de mantequilla (opcional, para dar más suavidad)
Frutas para decorar (puedes elegir a tu gusto):
Fresas en mitades
Kiwis en rodajas
Uvas partidas
Melocotón o durazno en almíbar
Frambuesas, arándanos, etc.
Para el brillo (opcional pero bonito):
2 cucharadas de mermelada de albaricoque o durazno
1–2 cucharadas de agua
Instrucciones:
Preparar la masa sablé:
En un bowl grande, mezcla la harina con la mantequilla fría cortada en cubos hasta obtener una textura arenosa (puedes usar tus manos o procesadora).
Añade el azúcar glas, la pizca de sal, el huevo y la ralladura de limón.
Mezcla hasta formar una masa homogénea. No sobretrabajes.
Forma un disco, envuélvelo en film y refrigera por 30 minutos.
Hornear la base: Precalienta el horno a 180 °C.
Trabajar la masa:
Estira la masa sobre una superficie enharinada (unos 3 mm de grosor).
Coloca en el molde de tarta (preferiblemente con fondo desmontable). Pincha el fondo con un tenedor.
Cubre con papel de hornear y agrega peso (legumbres, arroz, etc.) para que no suba.
Hornea 15 minutos. Retira el peso y hornea 10 minutos más o hasta que esté dorada.
Deja enfriar completamente.
Preparar la crema pastelera:
Calienta la leche en una cacerola (reserva ½ taza para disolver la maicena).
En un bowl, mezcla las yemas, el azúcar y la maicena disuelta en la leche reservada.
Agrega la leche caliente poco a poco, batiendo siempre.
Vierte la mezcla de nuevo en la cacerola y cocina a fuego medio, sin dejar de mover, hasta que espese.
Retira del fuego, añade la vainilla y mantequilla. Mezcla bien.
Cubre con film en contacto y deja enfriar.
Montar la tarta:
Rellena la base con la crema pastelera ya fría.
Alisa la superficie con una espátula.
Decora con frutas frescas a tu gusto. Puedes hacerlo de forma ordenada (círculos concéntricos) o más artística.
Dar brillo a las frutas (opcional pero recomendado):
Calienta 2 cucharadas de mermelada con 1 cucharada de agua hasta que se disuelva.
Con una brocha, pinta las frutas con esta mezcla para darles brillo y conservarlas mejor.
Reposar y servir:
Lleva la tarta a la nevera al menos 1–2 horas antes de servir. ¡Fría es mucho más rica!
Ya está lista la tarta… ahora solo falta que la disfrutes. ¡Buen provecho!